Todo lo que necesitas saber sobre la piroplasmosis en perros
La piroplasmosis en perros es una urgencia veterinaria frecuente en Madrid.
La Babesia Canis es un parásito transmitido por garrapatas, que infesta los glóbulos rojos y provoca una destrucción masiva.
Fiebre alta, depresión y orina rojiza son signos a los que hay que prestar atención.
Si notas algún síntoma, debes actuar con rapidez y ponerte en contacto con nuestro servicio de urgencias lo antes posible.
¿Qué es la piroplasmosis en perros?
La piroplasmosis, también conocida como babesiosis o fiebre de las garrapatas, es una enfermedad causada por parásitos del género Babesia que infectan los glóbulos rojos de los animales.
Transmisión de la enfermedad
Esta patología se transmite principalmente a través de la picadura de garrapatas infectadas, aunque también existen casos de infección por medio de transfusiones sanguíneas, mordeduras de animales enfermos e incluso durante el parto en perros gestantes con piroplasmosis.
Riesgos y factores predisponentes
Todos los perros están expuestos al riesgo de contraer piroplasmosis si entran en contacto con garrapatas infectadas, pero ciertas razas de perros, como los galgos y los pastores alemanes, muestran una mayor susceptibilidad a la infección.
Además, los meses cálidos son el período de mayor riesgo ya que coincide con la época de máxima actividad para las garrapatas.
La piroplasmosis solía ser una enfermedad estacional. Sin embargo, como consecuencia del calentamiento global, las consultas relacionadas con la piroplasmosis se reparten ahora uniformemente a lo largo del año.
Síntomas de piroplasmosis en perros
Los síntomas de la piroplasmosis en perros pueden variar dependiendo del estado de salud general del animal, la edad y la cepa parasitaria, pero se pueden identificar algunos signos comunes:
- Fiebre alta: Los perros afectados por babesiosis tendrán una temperatura corporal elevada, lo cual puede causar letargo, debilidad y pérdida del apetito.
- Anemia: La destrucción de los glóbulos rojos lleva a anemia severa, lo que resulta en palidez de las mucosas, jadeo y taquicardia.
- Ictericia: El color amarillento de la piel y las membranas mucosas es otro síntoma típico de la enfermedad, que indica un daño hepático.
- Orina oscura: Debido al desprendimiento de hemoglobina y productos de desecho, los perros infectados con piroplasmosis pueden presentar orina de color oscuro o marrón, denominado también hemoglobinuria.
- Dolor y malestar: Los animales pueden mostrarse doloridos al ser manipulados, especialmente en la zona del abdomen.
Cuando las mucosas de su perro empiezan a palidecer, el proceso de destrucción de los glóbulos rojos ya está muy avanzado. Hay que actuar urgentemente.
Diagnóstico de piroplasmosis en perros
Ante la sospecha de piroplasmosis, el profesional veterinario realizará diversos exámenes clínicos, como análisis de sangre, orina y frotis sanguíneo.
El diagnóstico definitivo se basa en la identificación directa del parásito Babesia dentro de los glóbulos rojos. En algunos casos, también puede realizarse una PCR (reacción en cadena de la polimerasa) o pruebas serológicas para confirmar la presencia de anticuerpos específicos contra el parásito.
Falso negativo en la detección de la enfermedad
Un aspecto importante a tener en cuenta es que, durante las primeras etapas de la infección, la cantidad de parásitos en la sangre del perro puede no ser lo suficientemente alta como para detectarlos con algunas pruebas laboratoriales.
Por ello, si se sospecha de piroplasmosis pero el resultado inicial es negativo, puede ser necesario repetir los análisis en un período de 7 a 10 días antes de descartar completamente la enfermedad.
Si su perro presenta síntomas de piroplasmosis, puede recibir una inyección de imidocarb, aunque el veterinario no haya observado los parásitos al microscopio.
Tratamiento de piroplasmosis en perros
El tratamiento de la piroplasmosis en perros debe ser llevado a cabo por personal veterinario especializado, ya que requiere el uso de medicamentos dirigidos específicamente contra Babesia, como la imidocarb dipropionate. En casos severos o complicados, puede ser necesario suministrar fluidoterapia intravenosa, transfusiones sanguíneas y tratamientos coadyuvantes para controlar los síntomas.
Recuperación y posibles secuelas
Aunque muchos perros pueden recuperarse completamente tras recibir un tratamiento adecuado contra la piroplasmosis, la infección también puede dejar secuelas, especialmente si no se detecta a tiempo. Algunas de estas secuelas incluyen daño renal, hepático, esplenomegalia (agrandamiento del bazo) e incluso insuficiencia cardíaca.