¿Qué es la Torsión Gástrica?

La torsión gástrica, también conocida como síndrome de dilatación-torsión gástrica, se produce cuando el estómago del perro se llena de gas, líquido e incluso comida, causando una dilatación extrema.

En algunos casos, el peso y tamaño excesivo llega a rotar el estómago sobre sí mismo, lo que provoca la interrupción del flujo sanguíneo y la obstrucción del tracto digestivo.

Esta situación es extremadamente seria y dolorosa para el perro, y requiere atención médica inmediata para descomprimir y tratar la zona afectada antes de que el tejido dañado comience a morir y aparezcan complicaciones potencialmente fatales.

Al girar, el estómago puede arrastrar consigo vasos sanguíneos importantes, como la vena cava caudal, provocando un grave estado de shock.

Causas y factores de riesgo

Aunque no se conoce con exactitud las causas que desencadenan la dilatación-torsión gástrica, sí se han identificado algunos factores de riesgo que podrían aumentar la probabilidad de sufrir esta enfermedad. Entre ellos, destacan:

1. Consumo excesivo de comida o agua en cortos periodos de tiempo.
2. Ejercicio intenso luego de haber comido recientemente.
3. Estrés.
4. Antecedentes familiares del problema.
5. Presencia de enfermedades gastrointestinales.
6. Diseño anatómico peculiar de algunas razas (Ej: pecho profundo y estrecho).

Hay que tener en cuenta que no existen factores determinantes, sino factores que favorecen la torsión gástrica en los perros.

Razas propensas a la torsión gástrica

Ciertas razas caninas presentan una mayor predisposición a padecer de torsión gástrica debido a sus características físicas o genéticas. Algunas de estas razas son:

1. Gran Danés
2. Weimaraner
3. San Bernardo
4. Setter Irlandés
5. Dogo Alemán
6. Akita
7. Boxer
8. Mastín Napolitano

No obstante, cualquier perro podría verse afectado por esta condición, sin importar su tamaño o raza.

Síntomas de la Torsión Gástrica

Identificar los síntomas de la torsión gástrica es crucial para actuar a tiempo y acudir a un centro de urgencia veterinaria, especialmente si se trata de un caso de dilatación-torsión con obstrucción del flujo sanguíneo. Algunos signos que pueden indicar la presencia de esta enfermedad son:

1. Distensión o hinchazón visible en el abdomen.
2. Inquietud o nerviosismo.
3. Dificultad para respirar o jadeo excesivo.
4. Salivación abundante.
5. Vómitos infructuosos, ya que el perro intentará vomitar pero no expulsará nada.
6. Debilidad o colapso.
7. Estado de shock (por la falta de flujo sanguíneo).

Sea prudente, ya que el cuadro clínico puede no ser muy sugestivo. La mayoría de los casos de torsión de estómago son simplemente salivación excesiva....

Diagnóstico y tratamiento

Si sospechas que tu perro podría estar sufriendo una torsión gástrica, el primer paso es llevarlo de inmediato a un centro de urgencia veterinaria en Madrid. Allí, el profesional realizará un examen físico completo y, posiblemente, pruebas como radiografías, ecografía abdominal, análisis de sangre u otras, para obtener un diagnóstico preciso.

Estabilización inicial

Una vez confirmada la torsión gástrica, lo más probable es que se realice un procedimiento conocido como descompresión gástrica, que consiste en extraer el exceso de gas, líquido y/o comida del estómago con una sonda o mediante la punción directa de la pared abdominal (en casos más severos).

Además, se instaurará un tratamiento de soporte, generalmente, mediante fluidoterapia intravenosa, analgésicos y medicación para mejorar la circulación y reducir las consecuencias del shock. Al mismo tiempo, se investigarán otros problemas asociados que puedan surgir, como neumonía por aspiración, coagulaciones intravasculares diseminadas u órganos dañados.

Cirugía

Tras estabilizar al paciente, es altamente probable que se realice una intervención quirúrgica para corregir la torsión y evaluar el estado de los tejidos, extirpando cualquier zona que presente necrosis. Durante la cirugía, también se suele realizar una técnica conocida como gastropexia, que implica fijar el estómago a la pared abdominal, con el fin de prevenir futuros episodios de torsión gástrica.

Prevención de la Torsión Gástrica en Perros

Aunque no existe un método infalible para evitar que un perro sufra de torsión gástrica, sí se pueden tomar ciertas medidas para reducir los factores de riesgo y prestar especial atención a aquellos animales que sean propensos a padecer esta condición:

1. No permitir el ejercicio intenso antes o después de comer.
2. Repartir la alimentación en varias comidas pequeñas al día.
3. Evitar el consumo excesivo de agua antes o después de las comidas.
4. Fomentar un ambiente tranquilo y sin estrés durante las comidas.
5. Consultar con el veterinario sobre la posibilidad de realizar una gastropexia preventiva en razas de alto riesgo.